jueves, 12 de julio de 2012

De cuando quise hacer cupcakes

Hace años que tengo una obsesión por todas las cosas adorables. Pero siempre la había reprimido, porque soy una persona de Sistemas y se supone que mi fuerte son los números, los programas y las computadoras, no las cosas adorables.

Recuerdo cómo empezó. Resulta que por Facebook llego a la página de Rosa Pastel. A ver qué es esto?
Entro a la página y mi expresión tiene que haber sido como ésta:


Que adorable!! Que lindo y original!!! Nunca lo había visto!! (Menos calle, la mina...)

A continuación, me recorrí toda la página y morí de amor con todo lo que mostraban. Tenía que probar eso! Pero como siempre, el delivery sólo era para la zona de Palermo, Recoleta, Barrio Norte... Del resto de Capital, ni hablar. Y de Gran Buenos Aires, ni hablar. Y de Zona Oeste... menos!!!! Era imposible que eso alguna vez llegara a mi paladar, y quedó como un gran asunto pendiente.

A los meses mi compañero de trabajo nos propone encargarle "muffins" para los viernes, que hacía su mujer. La verdad no tenía idea de qué eran (todavía no había llegado a asociar el concepto) y para probar,
dijimos que sí, además sonaban más que tentadores! Cuando llegan y los veo.......... no te puedo creer!!! cupcakes! (Estaban decorados con glasé, para mí ya eran cupcakes)
Qué rico!!! Y eran enormes... No sabían que eran tan bombas calóricas! (Y como todos sabemos, si son bombas calóricas son mucho más ricas)
Pero todo tiene un final.... Después de meses de comer muffins/cupcakes todos los viernes, mi compañero decide dejar la empresa....  nos volvimos a quedar sin cositas ricas!

Pude dejar de pensar en eso durante el año y pico restante, hasta que me mudé sola y la idea me empezó a dar vueltas por la cabeza durante doce o trece largos meses: Podría largarme a hacerlos, no? Tengo dos o tres casas de repostería cerca... Tengo el bazar cerca... Tengo el almacén cerca... todo cerca! No puedo no hacerlos.... pero... Y si no me quedan ricos? Nunca hice... no me animo... Me van a quedar horribles (Sentía a mi dedo acusador diciéndome "te salieron maaal... maaaaal!!!!")

Y un día no me aguanté más.
Empecé frenéticamente a buscar recetas por Taringa, que ya me había salvado en muchas ocasiones.
No alcancé a cobrar que fui corriendo al bazar a comprar moldes. Y a la casa de repostería a comprar para decorar. Y al almacén para comprar los ingredientes. Y mi ansiedad crecía a niveles extraordinarios...
Estuve lunes, martes, miércoles y medio jueves pensando: Ya los voy a hacer, ya los voy a hacer, ya los voy a hacer.

Un jueves a la tarde, de los que tenía home office, dije: Bastaaaaa!!!
Entonces, en horas de trabajo dejé la laptop a un costado y me puse. Qué emoción!! No me importaba nada!
Y es que toda mi experiencia en repostería era con los bizcochuelos Exquisita, y se me quemaban en un costado! (Después llegué a saber que el culpable es el horno) Así que cuando vi que la mezcla se parecia a las recetas, fue la gloria!!! 
Los metí al horno cuidando el tiempo con cronómetro, bien de Sistemas.
Cuando empecé a sentir el olorcito a vainilla.... quería sacarlos y comerlos yaaaaa!!!
Pero logré aguantarme y mientras se enfriaban me puse a hacer el buttercream. Otro desafío!!!
Después me puse a decorarlos con la manga descartable. Nunca había usado una manga en mi vida.
Y después, a tirarles todo lo que había comprado en el cotillón, por supuesto que ésa era la parte divertida, no?

El resultado:

Para ser la primera vez, bastannnnte bien!

Mi novio los probó y dio el OK! Aunque no le dio el ok al buttercream, y es que creo que es muy pesado para el paladar argentino. Yo tampoco le doy el ok. Puede ser por lo pesado, pero es que además... shhh... no me gusta la manteca... y si tiene un poquito de gusto a manteca ya lo hago como a un costadito

Pero lo importante es que AHÍ fue donde me puse totalmente frenética... Después cuento más junto con la receta que estoy usando!

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